VIAJAR CON… ANDER CIMAS · Explorar Filipinas con el fin de investigar lugares inéditos
Mugalari
El abadiñarra Ander Cimas está disfrutando de su segundo viaje a Filipinas. Y habrá un tercero. Todo ello para a modo personal descubrir lugares excepcionales que ofrecer en su agencia de viajes Bagoaz Bidaiak. Al mismo tiempo, esta nueva oferta, inédita, supondrá un plus para los pueblitos de pocos recursos existentes en el país asiático que comienza a ser un destino paradisiaco que tener en cuenta para quien quiere salirse de lo habitual, en muchos casos, ya masificado.
Ander está en El Nido, en Palawan. Del pueblo, cuenta que no tiene interés alguno, pero según sales de él la zona es un diamante en bruto por explotar y por conocer por el aventurero. «Hasta la fecha no se han roto mucho la cabeza… Un ejemplo es que a las cuatro excursiones que se ofrecen en El Nido les han puesto el nombre de A, B, C y D. Con eso os podéis hacer una idea», comunica desde Filipinas al tiempo que nos envía un ‘Mugalarik ez dauka mugarik’.
Cimas trasmite la espectacularidad de la isla en paisaje, para hacer buceo, snorkel… «Aquí hay mucha paz», enfatiza y lamenta que la única oferta sea marítima. «Es muy buena, pero yo vengo a buscar más, un plus, nuevos lugares con cascadas, oferta de deportes. Porque aquí por ejemplo buceas a pulmón unos quince segundos entre dos rocas y apareces en una playa virgen.
El de Abadiño se adentra por lugares únicos en el mundo. Es el ejemplo de Malapascua, en el mar de las Bisayas, es una isla de tan sólo 2,5 por 1 kilómetro. Suficiente para convertirse desde finales de los años 90 en uno de los destinos más populares de Asia entre los amantes del submarinismo. ¿La razón? El único lugar en el mundo donde el tiburón zorro puede ser visto regularmente antes del amanecer, cuando asciende a unos 30 metros para limpiarse en Monad Shoal… y produce una fila de turistas absortos bajo el agua con cámara en mano. Pero la isla ofrece también muchas otras atracciones, entre ellas unas playas de fina arena blanca que se adentran en un mar de aguas cristalinas.
Ander recuerda el pasado colonial español de Filipinas. Se topa con palabras en castellano o nombres de calles. Así, explica, que el centro de Manila, capital del país, se conoce como Intramuros. «Te encuentras con casas coloniales… Una pasada», valora.
Colonia española, calles con denominación en castellano, el sitio más Intramuros con casas coloniales. «Filipinas es un paraíso, pero les falla infraestructuras». A su juicio El Nido «va a ser el boom y ya se están disparando los precios. Mi objetivo es investigar nuevos lugares y conseguir la forma de abaratar costes, al tiempo que tratando de ayudar a los lugareños», agrega.
En Navidad estuvo 20 días en la zona y ahora 18. Para agosto prevé un nuevo viaje a aquel lugar. «Yo alquilo una moto y me dirijo a hablar con los de los pueblos rurales. Voy buscando algo que hacer que no solo sea oferta acuática. Pero no es fácil: hablas con alguien y todo es relativo: las distancias, los tiempos… pero lo que sí tengo claro es que los filipinos son muy buena gente».
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