ENCONTRADA EN UN TOCÓN DE IURRETA · El funeral por Enriqueta se oficiará mañana en San Fausto de Durango
I.G.
Dolor en Abadiño y Durango, localidades en la que había residido Enriqueta Bolaños. Consternación y empatía hacia la familia de la mujer desaparecida el 9 de marzos. Bomberos, Ertzainta y policía municipal de Iurreta trabajaron de forma conjunta ayer con el fin de recuperar el cuerpo sin vida de la nacida en Periana, Málaga, y de 70 años de edad. Fueron los primeros profesionales quienes llegaron a a ‘Enri’, como era conocida, que había quedado atrapada en un tocón del río Ibaizabal, entre el parking de Padureta y la fábrica Cafés Baqué. El funeral religioso por su persona se oficiará mañana a las 18.00 horas en la parroquia de San Fausto de Durango.
El hallazgo fue posible gracias a una batida de un grupo de radio-aficionados, del que forma parte Alberto, el hijo de la desaparecida, que localizaron el cuerpo sobre las 15.30 horas y dieron aviso a Emergencias.
· No al helicóptero; sí a una tirolina · Según ha podido saber MUGALARI, el primer intento de recuperar a Enriqueta se quiso hacer mediante un helicóptero y llevarla al parking de Maspe, pero los cables presentes en la zona del río lo desaconsejaban. Los seis bomberos de Iurreta optaron por instalar una tirolina y pasar el cuerpo a la otra orilla y trsladarla en un furgón funerario. Eran las 17.30 horas.
Según información de especialistas aportada a este periódico digital, la mujer quedó atrapada en ese lugar por la bajada de las aguas, tras la crecida que se vivió los primeros días de la triste desaparición. «Ha sido muy duro. El hijo mismo ha confirmado que era su madre, quien portaba aún un vestido…», explican.
Enriqueta era una mujer muy querida en Traña-Matiena, barrio de Abadiño en el que residía. Sumaba jóvenes 70 años, y provenía de una familia de un pueblo malagueño llamado Periana, de casi 4.000 habitantes. Enriqueta vivió también en el barrio de San Fausto, en Durango, donde aún reside parte de su familia y cerca de donde se le vio por última vez, en la calle Montorreta. Ella es tía de Patxi Bolaños, recordado jugador durangués del Athletic Club, Cádiz y Figueres, así como entrenador una temporada de la Cultural años atrás.
Quienes le quieren y tanto le aprecian, aseguran que es una mujer que siempre ha sido joven. En todo momento, se mostraba ante los demás llena de vida, alegre y trasmitía vitalidad. La abadiñarra trabajó como cocinera en el centro Atxarte, de atención a personas con necesidades especiales, de Gorabide. También desempeñó esta actividad con mimo en la empresa Muelles Berri, que pasó a ser Mendiguren y Zarraua, y ahora Cosmos Bizkaia. “Ella, siempre, siempre ha trabajado. En los años que las madres ejercían únicamente de madres, ella ya era madre trabajadora fuera de casa”, le reconoce una buena amiga.
Otras personas aseguran que sus platos se comían con la vista, que es impecable ante los fogones. En este apartado, era habitual en los concursos gastronómicos de fiestas de Abadiño: paellas, tortillas o cordero.
· “MUJER MUY CULTA” · En la actualidad, además, continuaba aprendiendo euskera y forma parte de una iniciativa que reúne a vasco parlantes con diferentes grados de conocimiento, llamado Berbalagun. “Era una mujer muy culta. Le gustaba ir, por ejemplo, a museos, y en muchas ocasiones por su cuenta. La última vez le vi en la casa de cultura y suele ser una de las primeras en ir a los teatros o actos que hubiera programados. Era un alma libre”, valora una amiga. Además, son muchos las que le reconocen por montar en bicicleta. También es una persona que acude a nadar a la piscina municipal de Astola.
Enri, como le conocían cariñosamente, es una defensora de la mujer y por ello tomaba parte en la hace breves fechas disuelta asociación Anbotoko Azpiko damak y en excursiones culturales tanto de esta agrupación como del hogar de los jubilados y jubiladas de Abadiño. Habla una amiga de la familia: “Donde no la queráin, se hacía querer. Hacía gala de ese don”.