JON GARAMENDI · «Cuando salí a calentar, me emocioné, sentí ganas de llorar de la ilusión. ¡Volvía a los campos feliz!»
· El durangués retorna a la competición a los 32 años tras una campaña en blanco por lesión en su rodilla derecha
· Mañana, su equipo, el Elorrio, recibe en su feudo al Iurretako en un siempre previsible vibrante derbi
Hay personas que dejan huella en los campos de fútbol por su labor, por su actitud, por su recuerdo. Existen porteros como el caballo de aquel guerrero Atila. Hierba que pisan no vuelve a crecer, aunque en la actualidad sea artificial. Un ejemplo es Jon Garamendi Buruaga, durangués nacido en junio de 1983. Mendi es actualidad positiva porque acaba de regresar a los terrenos de juego tras una campaña en blanco, temporada pasada que por lesión pudo ser la de colgar sus guantes.
El regreso de Jon Garamendi con su equipo, el Elorrio. · PHOTO · Cortesía de Jon Iglesias
El arquero ha retornado al club deportivo Elorrio -División de Honor- de Eleizalde en el que ya cuidaba los palos en sus últimos calendarios en activo. Sin embargo, quien muchos recuerdan por su paso por la Cultural de Durango, Berriz, Iurretako o Galdakao, sufrió una lesión en enero de 2015. Sanó, no sin dificultad, un complicado ligamento cruzado de su rodilla diestra.
El pasado 6 de febrero regresó a la agenda de la máxima competición del balompié vizcaino. Quien desde que era un moco quiso ser como su padre, cancerbero, irrumpió en el campo con el corazón en los ojos. «Cuando salí a calentar, me emocioné, sentí ganas de llorar de la ilusión. ¡Volvía a los campos feliz!», evoca quien jornadas ante jugó con el filial del club para medir sensaciones.
Mañana domingo (16.30 horas) su equipo juega uno de los partidos de más entrañas, especial, por ser derbi, contra el Iurretako, club que él defendió campañas atrás en dos épocas diferentes. Pero a Jon le tocará verlo desde las gradas porque son tres porteros en la plantilla y rotan cada dos jornadas. En Larrakozelai los tres pitidos finales se escucharon sin haberse estrenado el marcador. «Es una pena no poder jugarlo. Date cuenta de que con el Iurreta jugué con 18 años por primera vez un derbi contra precisamente el Elorrio. Para entonces con la Cultural nunca había disputado uno, ni contra el Amorebieta», analiza y va más allá dejando por sentado que «siento aprecio por ambos clubes, más porque han seguido evolución ascendente paralela».
Mendi es sabedor de que mañana habrá «una rivalidad especial». Apuesta en la quiniela por un «1-0» final y presionándole en el área chica se tira a la piscina y aventura que el gol de los tres puntos llevará la firma de Cristian Cedeño.
PHOTO · Cortesía de Jon Iglesias
A pesar de que el Iurretako aventaja en diez puntos a los elorriarras en la tabla, a juicio de Garamendi, en el primer derbi no hubo tanta diferencia entre ambos bandos. «Ellos son un equipo de buenos futbolistas que marcan la diferencia a modo individual y nosotros quizás más bloque, aspiramos más a mantener la categoría, pero tendremos a favor el factor de casa», equipara este veterano de los campos que tuvo como ídolo a Iribar y Valdés, y que a día de hoy alaba las cualidades de Courtois.
· Su héroe, aita · Rebobinando la cinta de su trayectoria, Jon era un escolar de aquel vetusto campo de fútbol, canicas e iturris que era San José Jesuitak. Su mayor héroe -como es lógico- era su aita, quien en su juventud defendió la portería del Arriandi. «En Primero de EGB ya quería ser portero: me gustaba poco correr y además era muy torpe, por lo que me venía bien», se ríe este apasionado del Athletic.
Garamendi en el centro del grupo en sus días infantiles en el campo de San José Jesuitak de Durango · PHOTO · Cortesía familia Garamendi-Buruaga
En segundo año de cadete comenzó a competir en Liga Vasca y en segundo año de juveniles ya daba órdenes desde su puesto en la Cultu de Preferente y División de Honor. Sin llegar a senior fue requerido para el Iurretako de Primera Regional.
· Periplo con huella · Ahí comenzó su periplo por Berriz, Cultural, Berriz, Cultural, Iurreta, Galdakao y Elorrio. Mendi fue dejando huella en sus destinos, con mejor o menos bueno sabor de boca. Por ejemplo, formó parte de un Berriz que se recuerda especial al que recalaron grandes personas -también futbolistas- y sin falta de los grandes mitos, Garamendi tuvo la suerte de estar al lado de otro arquero que ha marcado una época, el mañariarra Miguel Bernaola. «Guardo recuerdos buenísimos», sonríe y mientras lo hace le cuestionamos si su paso por la Cultu se quedó en la espina de su trayectoria. «Sí, para mí es una espina, por varias razones. En Segunda B por ejemplo no tuve oportunidades», siente. En aquel entonces, compartió vestuario con Magu y Jon Meléndez. «Como Bernaola, otros grandes porteros», les reconoce este profesor de tecnología en el Instituto Saturnino de la Peña de Sestao.
PHOTO · Cortesía de Jon Iglesias
En junio cumplirá 33 años. Por ello Mendi, junto a Raúl Ramos Rata, son los veteranos del club que dirige Aitor Azpitarte. Aventajan en una década a algunos de sus compañeros. Tanto ellos como el Iurretako difrutarán mañana de una jornada que será más que un derbi. «El campo va a estar lleno, la pena, lo dicho, tener verlo desde la grada».
