ELENE CARRETO · «Soy privilegiada, una de las 9 personas elegidas para la Escuela Superior de Danza de Euskadi»
I. Gorriti
La Escuela Superior de Arte Dramático y de Danza de Euskadi, Dantzerti, ha puesto a cocinar su primera hornada. Aunque el Gobierno vasco ofertó 25 plazas iniciales para su arranque, los jurados que hicieron las pruebas fueron tan exigentes que de 41 aspirantes tan solo 9 personas pasaron las pruebas. Y, como curiosidad, de ellas tres residen en Durango. Una de estas mujeres es Elene Carreto, nacida en la villa vizcaina el 14 de marzo de 1995.
«Me siento una privilegiada. Estoy como en clases particulares con profesorado de alto nivel. Además, al ser la primera promoción será más fácil encontrar trabajo. ¿Qué más puedo pedir?», agradece la situación que se ha dado en las instalaciones del Conservatorio Crisóstomo Arriaga de Bilbao y con grado equivalente al de Universidad.
Elene es consciente de que se ha hecho a sí misma en el difícil mundo de la danza contemporánea. «Sí, y sigo aquí», asevera. De hecho, ha completado dos años de esta arte escénica en Madrid. «Eran cuatro cursos, pero al conocer que se abría en Bilbao, preferí estar aquí».
Tuvo que pasar duras pruebas para ser una de las nueve elegidas: una prueba de danza clásica, otra de contemporánea, una improvisación, una coreografía trabajada en su casa y una entrevista. El jurado: los mejores bailarines vascos de mundo.»Cuando fui a mirar las listas, como no aparece tu nombre, estuve dudando al no encontrar el número de mi DNI, pero estaba…», sonríe evocando el momento.
· Cultivar su pasión · Carreto comenzó a cultivar su gran pasión en la academia L’atelier de Durango. «La profesora Uzuri Nieto, de Berriatua, me abrió un mundo, con jazz y funky, con solo 13 años», enfatiza agradecida. Ha ampliado sus conocimiento en Ondarroa y en Leioa y junto a Uzuri colabora con su grupo en Lekeitio. Al mismo tiempo, Elene imparte docencia en Elorrio y en L’atelier de Amorebieta-Etxano. «Tengo 80 alumnos de todas las edades, incluidas madres. El ambiente es muy bueno», comenta quien cree que se nace bailarina «pero hay mucho trabajo por delante para conseguirlo». Y ahí hace una distinción: estima que hay quien tiene condiciones físicas para ello, pero les falla lo psicológico. «Yo soy lo contrario, no he tenido todas las condiciones físicas, por ejemplo me faltaba flexibilidad, pero lo he ido trabajando».
Elene habla mucho desde el corazón. A su edad, con la que otra persona se comería el mundo queriendo ser la protagonista máxima, ella piensa primero en que le gustaría ser pedagoga de la danza, en trasmitir conocimientos. «A mí me gustaría ambas cosas, pero es que he visto cada cosa en el profesorado… Algunos trabajan de pedagogos por el dinero, pero la vida les ha obligado a ello aunque no es lo suyo, y se nota. Resumiendo: hay muchos profesores, pero pocos pedagogos», diferencia.
Lo suyo es la danza contemporánea. Ahí, sigue con el corazón y lo explica: «Yo distingo la danza contemporánea de la clásica en que la primera es humana; la segunda, puede tener algo de humana, pero es muy rígida. Es decir, la conteporánea es la expresión y la clásica es lo estético».
· Con Sharon Fridman en el Euskalduna · Elene Carreto participó mese atrás como parte de la compañía de danza contemporánea de Sharon Fridman, coreógrafo israelí permanente en Madrid y que visitó la capital vizcaina con su espectáculo ‘Caída libre’. «Fue un curso de cuatro días y el quinto hacíamos como el coro de su compañía en el Euskalduna. Fue muy interesante conocer la técnica de contact«.
Junto a ella, también son privilegiadas las duranguesas Dairi Brown y Pili Blanco. Carreto agradece el apoyo que ha tenido siempre por parte de su familia y su novio. «A mí me han apoyado siempre en lo que he querido hacer. Es una suerte».
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Etiquetas: Bilbao, Durango, Elene Carreto, Madrid, Sharon Fridman