40 FOTOS · Las ‘mareas naranjas’ contra el cáncer infantil posibilitan ya 4 programas de investigación en Cruces
PHOTOS · Iban Gorriti (Mugalari)
Texto y fotos · I. Gorriti (Mugalari)
El día vivido, sentido, sido ayer en una sala de la Gran Vía de Bilbao fue, es y será inolvidable para las 400 personas que lo vivimos, lo sentimos y fuimos. La asociación gestada en la sexta planta, la de Oncología infantil, del Hospital de Cruces llamada La Cuadri del Hospi presentó un acto que se denominó ‘Una cuadri de cuento’. Más que de cuento, lo de ellas y ellos es de realidad a la enésima potencia.
El encuentro fue excusa para reconocer y galardonar a todas y cada una de las personas que viven a diario los avatares del cáncer, una palabra que La Cuadri del Hospi ha conseguido socializar, normalizar y que, por desgracia, sigue arrebatando la vida a algunas de esas niñas y niños que lo sufren. Ayer, sin embargo, también tuvimos la posibilidad de comprobar que cada vez son más quienes además de afrontarla «con una sonrisa» -decían- la superan.
Una cuadri de cuento dio comienzo a las siete de la tarde y durante dos horas se vivieron muchas emociones, algunas, lógicamente, desatadas: congojos, alegría, romperse a llorar, falta de saliba… Hubo reconocimientos, música en directo muy interesante con Hiru Turku y un saxofonista, un aperitivo…. y los niños oncológicos disfrutaron con sus amigos con actividades dirigidas para ellos de pintacaras, globoflexia, dibujo… Pero no avancemos tan rápido.
Dirigieron la bonita, dinámica y amena ceremonia dos personas que no son profesionales de escenario, sin embargo superaron a los maestros en su forma de presentarse y desenvolverse ante el público.
Tanto Susana Del Amo, de Durango, como Bittor Asteinza de Bermeo lo bordaron. Ambos son madre y padre de dos niños que fallecieron pasado por cáncer.
La primera invitada, llamada a subir al escenario fue la duranguesa María Oñate. Ella sabe lo que es ovular una iniciativa, proponerla, gestarla y que de pronto se convierta en positiva bola de nieve, pero que con el paso de los meses esa bola ha ido teniendo más ‘responsabilidad’ en ella misma. Por todo ello, ayer se emocionó como nadie. María ha conseguido con su proyecto ‘Sortu eta eman poza – Crea y dona alegría’, que de todo el Estado un torrente creativo haya hecho posible la entrega de más de 200 muñecos, capas, antifaces, broches… «Agotada y deseosa de vivir el momento», se mostraba esta donante de médula horas antes tras haber hecho entrega al mediodía de los primeros superhéroes y superheroínas a los niños y niñas de Cruces.
La propia María hace entrega a los niños y niñas que han pasado por la sexta planta de Cruces todos los regalos que ha atesorado durante un año en el que sus personas autoras le preguntaban cuándo iba a llegar el día de la entrega. Cientos de llamadas, emails… Ayer llegó y fue reconfortante.
A continuación, Naroa, de once años, lee una carta, su carta. Días antes ya fue la niña más feliz del mundo al saberse copresentadora de tan especial jornada. Y comienza a transmitir su experiencia, tranquila. Su entereza, sin embargo, llega no a los oídos de todos los presentes, sino a sus más recónditas emociones. Los kleenex casi se comparten, hay quien se da la mano buscando ser tocado, hay quien sonríe con nerviosismo… personas de todas las edades, muchas son familias, saben lo que esos minutos resumen toda una vida la oncológica que camina no por el filo de un cuchillo sino de una casi invisible hoja de afeitar.
Bittor, Susana, Naroa van llamando a cada equipo que se desvive -paradójico verbo- de los menores en Cruces, numerosos, reconocidos, aplaudidos. Se desviven por ellos y también por las familias. Se van haciendo una suprafamilia -que lo son- sobre el escenario, por equipos que forman un bloque.
Y a continuación, Susana y Bittor hacen saber a las 400 personas presentes que La Cuadri del Hospi no son ellos dos solos. Fue su momento: la cuadri se hizo cuadri, se hizo visible y fueron aplaudidos con mimo, con reconocimiento, con lágrimas, con admiración, con cariño. Recordemos todos, ellos incluidos, que gracias a iniciativas impulsadas, entre otros, por ellos, ya se han previsto cuatro programas de investigación en BIO-Cruces, gracias a esas mareas naranjas, por ejemplo, realizadas en diferentes pueblos (ciudadanía, colegios, bares, músicos, deportistas, medios de comunicación…) Han sido miles los euros recaudados. La ciudadanía se ha volcado.
En un vídeo, volvió a recordarse que todo lo vivido ayer es muy bonito y terapéutico pero hoy y mañana… lo importante, lo más importantes es donar médula. La donación. Y ahí cada uno y cada una tenemos nuestro mayor papel protagonista a la hora de ponerle freno al cáncer y de… dar, compartir vida.
La Gran vía bilbaina no extendió ayer su moqueta roja, pero sí reconoció a sus mejores actores y actrices, e, incluso, no se olvidó de aquellas y aquellos que fueron vida y son, ayer sentada en una butaca, en primera fila. Presentes. Sonrientes. Emocionados porque tienen unas familias, unos amigos que son de verdad, de los que se abrazan con los ojos cerrados.
Algunos momentos vividos durante el acto
