Víctor Rodríguez, el amigo que logró que el Ayuntamiento de Durango colocara una placa de homenaje a Natxo Martínez

Mugalari

· Aunque en fiestas pasó desapercibido su nombre, fue este durangués quien registró una petición para que el consistorio recordara de forma permanente la entrega del de San Fausto

Del detalle más pequeñajo, de esos que surgen espontáneos del corazón, el ser humano puede llegar a logros inimaginables, gigantes. Les cuento: Hoy es el cumpleaños de Víctor Rodríguez. Fue él. Él fue quien registró en el Ayuntamiento de Durango un texto en el que sugería y solicitaba que se le hiciera un homenaje permanente a modo de placa a Natxo Martínez, la mayor institución municipal que ha tenido la villa vizcaina en materia de festejos y que, por desgracia, falleció el pasado 11 de enero. Desde la propia comisión de festejos también se solicitó hacer un homenaje social a quien fue concejal del PNV y a Mundus, otro histórico del consejo que ha perdido la villa también este año.

Víctor Rodríguez.

El bueno de Víctor sugirió que se colocara una placa junto a la escultura que representa el acto de los zezenak dira. Este periódico digital fue el primero en darlo a conocer, en difundirlo. Y la petición tuvo respuesta. La siguiente: «Estimado Víctor. Hemos recogido la sugerencia y nos parece una muy buena idea, de manera que le daremos traslado para poder ponerlo en marcha. Agradeciendo su colaboración y sobre todo su recuerdo para Natxo reciba un cordial saludo. Alcaldía. Ayuntamiento de Durango».

Y pasaron los meses y en fiestas de Durango, el pasado octubre, fueron varios los homenajes que se sucedieron en recuerdo de Natxo Martínez. Entre ellos, se materializó el deseo de Rodríguez. Se inauguró una placa allí donde este durangués propuso. Y, unos días y otros, se volvió a recordar a Natxo, así como a Mundus, otro histórico del Consejo de festejos que también han fallecido este año.

Natxo Martínez. · PHOTO · Iban Gorriti

· Mahón, gerriko y txistus · Víctor Rodríguez se muestra encantado de que su iniciativa haya tenido frutos tan buenos, los mejores. Meses atrás escribió para este periódico sus recuerdos sobre su amigo. «Aún recuerdo aquella mañana: me levanto, me pongo mis pantalones azul mahón, me ajusto el gerriko y al alba con el sonido de txistus y tamboriles salgo presto de casa dirección al pórtico de Santa María. Los nervios producto del miedo te hacen dar saltitos para calentar. En breve se hace el vacío en Kalebarria y aparece el primer toro, lo acompaño a la carrera hasta Santa Ana, y ocupo mi lugar preferido de todos los años, la entrada a Lariztorre, allí estaba él (Natxo), se me acercó y me dijo: Bittor, ten cuidado que te va a meter. De lo siguiente que me acuerdo es dentro de una ambulancia camino a Galdakao.

Ya nos conocíamos, en San Fausto nos conocemos todos, pero en aquellos años la diferencia generacional nos colocaba en mundos diferentes. Dio igual, pasados un par de años era rara la vez que no echábamos un zurito, entonces es cuando empecé a conocer a este personaje, Natxo el de carrocerías Tabira, así le llamábamos para que tu interlocutor supiese a quién te referías.

No hubo de pasar mucho tiempo para que solamente con decir Natxo bastase, un tipo simpático, alegre y amigo de sus amigos, una persona comprometida con su pueblo que siempre fue más allá de lo que su cargo le exigía, somos muchos a los que se nos hace un nudo en la garganta pensando en la pérdida, solamente me consuela el recuerdo de todo lo que hiciste por tu pueblo y el ejemplo que representas, necesitamos más Natxos en la sociedad», reivindica quien hoy suma 45 otoños.

Escultura de Durango en la que se recuerda con una placa a Natxo Martínez. · PHOTO · I. Gorriti

· Detalle histórico desapercibido · Su pequeño detalle de amistad se ha convertido en historia, a pesar de que en los días de inauguraciones y homenajes, el Ayuntamiento de Durango no le invitara de forma expresa a los actos, valoración realizada por este medio a la que él -dando muestras de su gran corazón- no da importancia. Victor, una vez más, se muestra agradecido, «contento», y con un “gracias al Ayuntamiento de Durango por tomarlo en consideración”, concluye Rodríguez.