‘ZORNOTZAKO TRIKITILARIAK’ | Silencia el pandero de la histórica Felisa Arribalzaga a los 93 años

I. Gorriti

El pandero permanece en silencio desde que Felisa Arribalzaga falleció el pasado 30 de junio a los 93 años de edad. Natural de Muxika, residía en Amorebieta-Etxano, de donde era originario su marido, el trikitilari Eduardo Egiarte, y será recordada por siempre como una de aquellas pandereteras que alegró las romerías de Bizkaia y otros territorios históricos. Eran conocidos como ‘Zornotzako trikitilariak’. Además, la vizcaina era dantzari, cantante e irrintzilari.

Recordatorio de Felisa Arribalzaga. | PHOTO | Familia de Felisa

En 1993, se les rindió homenaje en Iurreta, anteiglesia que el matrimonio quería de forma especial. «Felisa es una de las últimas que quedaba vivas. Y como anécdota te contaré que la ilusión del matrimonio era que su nieto tocara ese día en Iurreta. Y así fue. A día de hoy Beñat Egiarte, que era aquel crío, es un nombre y apellido importante de la lírica: canta óperas, y también es médico», explica José Jabier Abasolo ‘Tiliño’ a Mugalari.

Además, Felisa y Eduardo era grandes dantzaris. «Eran muy buenos bailarines de jota», enfatiza ‘Tiliño’. Ganaron concursos. Acabada la guerra, en el maldito franquismo, la pareja continuó tocando y bailando de forma clandestina. Y a principios de los años 70, «podría ser en 1974» les rindieron un homenaje.

| Segunda mejor irrintzilari | Calendarios después, en 1979, en la famosa Romería de Urkiola, Felisa Arribalzaga quedó segunda en un concurso mixto de irrintzilaris. La pareja de músicos solía actuar con Basilio Txiki y Juanita Gorriño, como ocurrió en el homenaje de 1993 de Iurreta. Ocurrió el 3 de octubre en el denominado ‘Bizkaiko aintzinako musika trena joleen eguna’. «Basilio y Juanita nos ayudaron mucho. Nos llevábamos muy bien», agregaban.

Felisa Arribalzaga, Basilio Txiki, Juanita Gorriño y Eduardo Egiarte. | PHOTO | Tiliño

Felisa Arribalzaga nació en Muxika el 2 de febrero de 1922 y Eduardo en 1923 en Etxano. En una entrevista en los estudios de Euskadi Irratia, con el matrimonio presente, la panderojole explicó que para la pareja el monte Bizkargi fue muy especial. «Los dos éramos pastores de ovejas y solíamos coincidir allí en Bizkargi. Yo tenía 14 años y Eduardo uno menos. Fue pasando el tiempo y nos enamoramos», relataba.

| Tirar la vergüenza a un lado | A ambos les gustaba ir a romerías. Como Eduardo tocaba la trikitixa, ella acabó aprendiendo a tocar la pandereta. «Al principio no nos salía muy bien, pero tiramos a un lado la vergüenza y venga…», sonreía. Un día de romería era «para nosotros un día de trabajo. Lo pasábamos bien, pero era trabajo. Eso sí a la gente le gusta que haya ambiente, fiesta». Felisa solía contar una costumbre que hoy ya no se recuerda: «Los trikitilaris pagábamos la plaza a donde íbamos  a tocar. Y luego se cobraba una peseta a los que allí iban», explicaba en Euskadi Irratia. La vez que más dinero sacaron fue una vez en la que pagaron 610 pesetas por la ‘plaza’ en Bizkargi y sacaron luego en limpio 625.

El instrumento del corazón, aquel pandero que nunca llegó a romper -«tengo en casa unos seis, pero nunca nunca he rodo uno»- silenció el último día del pasado junio. Habla Tiliño: «Yo solía ir a visitarle una vez al mes. Felisa era una buenísima persona y mujer que siempre estaba de buen humor. Aún hace pocas semanas, de pronto nos sorprendía echando un irrintzi», sonríe agradecido su gran amigo de Iurreta.