¿’Los Insignificantes’? Todo lo contrario: el éxito del todo vendido
I. Gorriti
Todo el papel está vendido. Sold out. No hay entradas para poder ver esta tarde-noche el estreno de la obra ‘Los insignificantes’, escrita y dirigida por Markel Ganboa, y puesta en escena por Aitor Echarte, Julene Bernaola, Peio Velasco, Leire Barrenetxea, Ane Moreno, Iban Quesada y Miren Uribelarrea. Todos de Durango. «Sí, afortunadamente todo el aforo esta lleno», confirma Ganboa satisfecho.
El grupo Atara Zarata antzerki taldea, lleva funcionando con diferentes nombres desde 2012, año en el que se dieron a conocer con ‘Desberdinak’. En 2014, estrenaron ‘Nor Nori Nork’, «antesala para que el grupo cogiera su propio camino», agrega el director.
El grupo está creado con el apoyo de Karrika y San Agustin Kultur Gunea, que «son los que desde el primer momento nos apoyaron para seguir adelante, y son nuestros referentes en teatro. Sabemos que sin ellos, todo seria mucho mas difícil. Y como últimos colaboradores, en esta obra nos ayuda Maria Parafarmazia Dermoestetika con los maquillajes y peinados», agrega.
| Sentidos y sentimientos | ‘Los Insignificantes’ basa su argumento en los denominados pecados capitales y se ubica en un cabaret que como espacio físico lleva a la persona espectadora a hacer un viaje «por los sentidos y los sentimientos». Ahí, la sinopsis: «Es la última función del Cabaret, que está en decadencia por los prejuicios y juicios que se les hace en la sociedad por ser diferentes. Gracias a la visita de una mujer «objetiva» conocerá el publico el Cabaret y a sus personajes, que tienen una característica particular», informan.
Markel Ganboa lo tiene claro: «Para ver la obra hay que venir con los sentidos abiertos, ya que entran en un universo, diferente y transgresor, deben dejar sorprenderse. Si lo consiguen harán un viaje de una hora y veinte minutos por sus viajes internos». El durangués promete que los espectadores «reirán y llorarán; se les removerá el interior. Y saldrán con la sensación de conocerse más a ellos mismos. Porque no hay nada más transgresor y divertido, que uno se salte sus propias normas».
A juicio del escritor y director de la obra, este espectáculo les ha servido «para entender en muchos aspectos que la vida hay que mirarla desde varios ángulos antes de juzgar, y eso es lo que queremos que el público haga nada más vernos».
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