El fotógrafo Jabi Soto retrata al prestigioso fotohistoriador Lee Fontanella en Durango
Iban Gorriti
El prestigioso fotohistoriador Lee Fontanella (Connecticut, EEUU, 1941) ha puesto hoy sus pies y saber en Durango. La invitación ha corrido a cargo de Jabi Soto, fotógrafo gasteiztarra de madre y mujer de la villa vizcaina citada. Este profesional de la Conservación de la fotografía, licenciado en Euskal Filologia e Historia del Arte, ha acercado esta mañana al americano a la calle Kurutziaga donde ambos han montado un laboratorio portatil que ha dado sus frutos en formato de ambrotipos y ferrotipo durante tres horas.
Soto ha fotografiado a Fontanella junto a una pared del palacio de los Areitio en el que se aprecian aún las huellas de metralleta del bombardeo de Durango del 31 de marzo de 1937 y del que mañana se cumplen 78 años. El fotógrafo ha mostrado cómo se obtiene la imagen al estilo de los ambrotipos del siglo XIX y cómo se revela in situ con colodión. Han obtenido en unas horas, dos ambrotipos -sobre cristal- y un ferrotipo. Un hombre se ha dirigido a ellos y les ha aportado una impresión: «¡Esto es magia! Que salga la imagen, es magia».
Tanto Fontanella como Soto han reaccionado con educación: «No es magia, es ciencia». El estadounidense valora que «es ciencia del autor». Soto, por su parte, asegura que la única magia ha sido que «Lee haya sido capaz de aguantar segundos con los ojos abiertos y sonriendo. Lo demás es ciencia», mantiene.
Lee Fontanella es un investigador, historiador y profesor de fotografía que inició en la década de los sesenta una dilatada actividad docente desarrollada en numerosos centros y universidades de los Estados Unidos y de Europa, destacando su trabajo en la University of Texas, Austin, en la WPI (Worcester MA), y en 2007-2008 como primer rector en la St. John International University (Turín). Ha vivido en el estado español y de ahí su castellano tan correcto. «Yo ya estaba en Madrid en 1960, por lo que viví la dictadura de Franco», hace referencia al bombardeo de Durango. «¡No comprendo cómo unas mentes humanas como las suyas, de pronto se vacían de todo y piensan en cometer ese horror que fueron los bombardeos!», enfatizaa Mugalari.
Enamorado de la ciudad escocesa de Glasgow -«muy parecida a Bilbao en mentalidad y estilo»-, asegura que la geografía vasca es «muy dramática, su aspecto montañoso, casi de ‘Cumbres borrascosas’. Es un horizonte muy dramático. Solo con mirar hacia allí -señala con el dedo el monte Mugarra- tenemos ya un ejemplo», agrega mientras humilde ayuda a recoger todo el laboratorio al fotógrafo.
En 2009, fue nombrado Andrew Carnegie Centenary Professor (Escocia). Es autor de numerosos libros y textos sobre fotografía, y especialista en literatura e historia de la fotografía en el Estado. Su obra La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900 (1981) fue uno de los trabajos pioneros de esta disciplina en el Estado. «Estoy preparando una exposición en el Kursaal de Donostia para 2016», anuncia y asegura que ya había estado hace muchos años en Durango, pero que no tiene un recuerdo claro.
Precisamente en la última visita de Fontanella al Kubo de Kutxa en Donostia, en la que había una exposición colectiva, el fotohistoriador elogió un pequeño álbum con ferrotipos, así como los daguerrotipos, un desnudo de Puyo, bodegones de Souguez, fotos de los hermanos Neurdein y, sobre todo, un grabado de Dujardin. Esta mañana, el de Connecticut ha sido un invitado más en Durango. «Ya lo decía Jon Cazenave -apunta Soto- que utiliza mucho el dramatismo de la geografía vasca, que cuando llega a esos montes es sentirse en casa, algo así como abrazado».
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