EXPOSICIÓN CONJUNTA EN EZKURDI | La aventura que ni pintada de un padre y un hijo
Iban Gorriti
Rafa y Rafa son unos artistas. Peñafiel y Peñafiel son padre e hijo. Rafa Peñafiel es de cosecha del 51. Rafa Peñafiel es un manantial del 77. Los dos y otros cuatro familiares más portan el mismo nombre. Rafa él, Rafa él. Peñafiel él y Peñafiel él.
Ahora bien y ahí marca la diferencia el apellido materno: Orient el padre y Ona el hijo. Ambos comparten sangre y Arte. Muestran sus trabajos de forma conjunta hasta el domingo en la sala municipal de Ezkurdi.
Rafael Peñafiel Orient aporta óleos, acuarelas y plumillas. Rafael Peñafiel Ona, cuelga de las escarpias, fotografías. En común: el amor por la «Madre Naturaleza» -dicen- y los colores saturados tanto en lienzos como en papel positivado.
La muestra conjunta es ‘obra’ de la Asociación Artística del Duranguesado, de la que Rafa padre es socio y, además, secretario. Es la tercera vez que expone sus manufacturas y este año con una curiosidad: presenta el mismo motivo pintado con óleos, acuarelas y plumilla. La temática es de escaladores (aunque también hay otra pared de miscelánea).
Rafa hijo presenta su obra fotográfica por primera vez. Es guía titulado de montaña y de barrancos, lo que le permite compartir lugares que muy poco ojos pueden disfrutar ver a la retina de quienes visitan la galería de Ezkurdi. «En mi vida laboral he dado mil vueltas -relata- y todo por no haber hecho desde un principio lo que quería», valora la mente que ha ‘hollado’ el sueño de tener su propia empresa de aventura llamada Lurra, firma que por ejemplo propone una salida a la Sierra de Guara en Semana Santa, del 2 al 6 de abril. Del privilegiado enclave oscense hay fotos en la exposición.
| Bellas Artes | Rafa padre comenzó a dibujar con 15 años. Por entonces, ganó algún que otro concurso con carboncillos. Y hace quince años, se acercó a su esposa Mariví y le sorprendió con un: «Cuando me jubile voy a hacer Bellas Artes». La carrera universitaria se quedó en una carrera de fondo. «Me dijeron que había aquí el taller de pintura y me apunté», comunica el alumno de Fernando de Vicente. Fue entonces cuando «puse color a mis plumillas», agrega quien fuera el primer presidente del club de natación Tabira, de Durango, y quien transmitió el amor por la montaña a su hijo mayor. «El pequeño, Javier -cantante del grupo Alerta, que estrena el disco ‘Seguimos creyendo’ en estos días-, prefirió el baloncesto», diferencia.
Los 12 óleos, las 12 acuarelas, las 8 plumillas y las 22 fotografías, hablan de ambos. Del Rafa padre y del Rafa hijo. Cada uno muestra su admiración por el otro; por sus obras artísticas que de algún modo comparten. Así, Rafa hijo de niño pensaba que su padre era una especie de superhéroe. Luego, maduró, y cayó en la cuenta de que… en verdad lo es.
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