Kepa Junkera | «En Durangaldea está la esencia de mi música, debo mucho a Durango y a Iurreta»
Iban Gorriti
| El de Rekalde actúa el viernes en el espectáculo de danza ‘Txapeldun’, de Organik, en Zornotza Aretoa
| El 26 de abril arribará a Oromiño, Iurreta, uno de los lugares a los que más dice deber
| El astro de la trikitixa publica en esta entrevista fotos inéditas de sus años más jóvenes
Charlar con Kepa Junkera es como caminar con el viento de espalda. Te empuja a su velocidad de la ilusión, a su motivación, a la ilusión, al crecimiento personal por segundos. Transmite las mismas emociones que cuando con apenas 18 años acudía de su Rekalde natal a Durango a enseñar acordeón en un piso alquilado en la calle Fray Juan de Zumarraga. O cuando se supo adulto musicalmente hablando en lugares con magia para él como el barrio Oromiño, de Iurreta, enclave al que acudirá a tocar con cuatro ‘sorginak’ el próximo 26 de abril.
Han llovido discos desde entonces, un xirimiri constante de trabajos, encargos, y de promesas… para acabar diciendo: «Después de este proyecto voy a parar, a hacer algo más txikitajo», admite, pero la bola de nieve de la curiosidad vuelve a hacerse más grande y de forma inclusiva se van subiendo a ella más compañeros de viaje. «¡Y la vuelvo a liar!», sonríe.
Este viernes, llegará con la compañía Organik al Zornotza Aretoa donde pondrán en escena ‘Txapeldun’, un espectáculo que recomienda por «lo pequeñita joyita que es», subraya sin aires de campeón.
¿Cuántas horas tiene un día de Kepa Junkera?
Las mismas que las de otra persona. Aunque a veces ni se sabe…
Es que no para… Tiene más fuelle que todas sus trikitixas juntas…
En mi caso tengo la suerte de estar motivado para hacer cosas nuevas, ideas que surgen, eso me inspira y me encanta. Al acabar digo voy a parar, a hacer algo más txikitajo, a relajarme… ¡Y la vuelvo a liar! Va con mi temperamento, mi forma de ser.
¿Cómo llegó a ‘Txapeldun’ que se pone en escena este viernes en Zornotza Aretoa?
Es uno de los proyectos paralelos que me surgen. Me llamó la directora, Natalia Monje, que iban a hacer una reflexión sobre los campeones, lo que supone en la idiosincrasia vasca. Me sorprendió la propuesta de un solo bailarín en escena, Eneko Balerdi… y además, resulta que también es trikitilari. Acepté el reto porque como la misma compañía se llama, me parecía algo orgánico: hacer uso de forma exclusiva de nuestros instrumentos.
Da la casualidad de que eso mismo buscaba en su último disco ‘Trikitixaren historia txiki bat’, firmado como Kepa Junkera & Sorginak…
Así es. De hecho, se lo comenté a Natalia, que me venía muy bien el proyecto en ese momento porque era lo que estaba haciendo.
¿Cómo definiría el espectáculo?
Es algo muy especial, delicado, cuidado… Muy sorprendente. Yo estoy muy contento. Es una pequeña joyita. Es un regalo para mí. Quien venga al Zornotza Aretoa va a ver situaciones que ha pensado o vivido, y como decía, además, entronca muy bien con la idiosincrasia de este país.
Sabemos que es un enamorado de Durango, Iurreta, Amorebieta-Etxano…
Así es. En Durangaldea está la esencia de mi obra. Trabajos como el de ‘Sorginak’ o ‘Txapeldun’ tienen toda la esencia de mis primeros pasos, ilusiones. Por eso, te diré que debo mucho a Durangaldea, por todos los amigos hechos allí, todo lo que me han aportado en tantos años.
Era muy joven cuando impartía clases de acordeón en Durango. Lo recuerdo…
Sí, pero antes iba con un grupo de danzas llamado Beti Jai Alai, tendría yo 14 o 15 años. Yo tocaba en una fanfarria. Íbamos a Iurreta, a la fiesta que se hacía a primero de octubre, con Tiliño y su equipo… Rafa, el de Luhartz… Gran labor, la de ellos. Y gracias a ellos, mira cuántos años después, sigo yendo… Tocaré en Oromiño en abril.
¿Qué día?
El 26 de abril. Iré con el proyecto de ‘Trikitixaren historia txiki bat’. Estaremos cuatro de las sorginak del disco y yo. Yo a Oromiño le tengo muchísimo cariño. Además, hasta le dediqué una canción al barrio y al trikitilari Oromiño, en ese disco. El título del tema es ‘Oromiño Iurretan’. Guardo una foto de periódico de cuando los trikitilaris, dulzaineros, panderetero… se juntaron en la plaza de Iurreta. Estaban los históricos.
¿Con 18 años cómo venía a impartir las clases de acordeón a Durango?
Venía en una vieja furgoneta con Iñaki Zabaleta. Nosotros elaboramos el primer método de trikitixa. Dábamos clase en un piso que alquilamos en la calle Fray Juan de Zumarraga. Venían no solo los de Durangaldea, sino que también de Bermeo, Elgeta o Markina… Fue como el renacimiento, querer aprender a nivel básico. Así que tenemos una gran salud de trikitixa a día de hoy.
He leído un dato que me ha llamado la atención: Almodóvar le llamó para pedirle una canción…
Sí, para un disco recopilatorio que él promovió titulado como ‘Viva la tristeza’. Mía eligió ‘Maitia nun zira?’ que conocía por Dulce Pontes. Me dijo que le encantaba. Nacho Duato también hizo uso de otra. Me conoció a través de una producción que hice con los txalapartaris Oreka TX. Yo estoy encantado cuando me hacen estas peticiones. Como la de Natalia Monje de Organik. Natalia tiene esa sensibilidad, la esencia de las emociones.