Una perra estuvo a punto de comer un trozo de chorizo con 10 clavos ayer en Larrea
Mugalari
| Se desconoce si hay más productos de este tipo por el barrio de Amorebieta-Etxano
| La dueña del animal denunció ayer en la comisaría de la policía local los hechos
Propietarios de perros que pasean con sus canes por Larrea denunciaron en la tarde de ayer en la comisaria de policía de Amorebieta-Etxano la aparición de al menos un trozo de chorizo agujereado con un total de 10 clavos. Una mujer fue la que tuvo que quitar de la boca de su perra de raza Beagle el chorizo que aparece en la fotografía que publicamos en esta noticia. María Eugenia, que es como se llama la denunciante, halló este producto a las siete y media de la tarde y a continuación se acercó a la comisaría a denunciar los hechos.
| VALORACIÓN DEL VETERINARIO | Este medio ha preguntado al veterinario de Durango, Alberto Cimarro, de la clínica Etorbide qué ocurriría si la perra hubiera comidao ese chorizo. «Depende del tiempo que pasa desde que lo come, pero se le puede hacer una perforación en los intestinos y en el estómago, lo que le puede llegar a provocar la muerte», valora el especialista quien asegura que hay que examinar a los perros si tienen vómitos. «El otro día tuvimos a un perro que se había comido un clavo en unas obras, pero no suele haber problemas porque lo acaban tirando, pero en un caso como este chorizo y los clavos podría haber muerto la perra de Amorebieta», diferencia.
Cuando surgen comida de este tipo dejada en campas se encienden todas las alarmas de los propietarios de animales. Más tras los fatales hechos de Durango, Abadiño… y continúan conociéndose más casos en Basauri, Arrigorriaga o Margen Izquierda. Habla María Eugenia: «Por aquí en Larrea nunca habíamos visto cosas de estas. Encontramos uno, pero igual hay más, que la gente esté con cuidado. Sí pasó algo parecido por la zona de Jauregibarria…», agrega.
La dueña de la perra beagle que dio con el chorizo asegura que un municipal le dijo que «podría ser que como ha sido días de txitxiburduntzi, con alguna sobra los niños de la ikastola Andra Mari puedan haberlo hecho». Otra mujer dueña de un perro lamenta esta respuesta: «Ya vale de buscar culpables y menos entre niños».
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