VIAJAR CON… ALBERTO RUEDA | Groenlandia, la isla más grande del mundo

Alberto Rueda

Con los últimos días del verano Ártico me dirijo a Groenlandia, Kalaallit Nunaat,  que pertenece a Dinamarca, un largo viaje vía Islandia que me llevará a Narsaq, un pequeño pueblo al suroeste dónde dormiré una noche antes de empezar el viaje. Son días de septiembre y octubre de 2012. Más del 84% de su superficie está cubierta de hielo y se la considera como la isla más grande del mundo. Groenlandia se encuentra entre el paralelo 59ºN y el 84ºN.

Durante las próximas dos semanas realizaremos un recorrido de unos 200 kilómetros en kayak, haremos varios trekkings hacía el Indlandsis y subiremos algunas montañas del suroeste groenlandés. Tras las compras en el súper del pueblo, preparamos el material, y organizamos todo para unos 14 días de autonomía total. Me resulta muy interesante pensar cómo es la vida aquí, el día a día de esta gente. Los groenlandeses me resultan agradables, gente dura marcada por el clima y la ubicación.

El primer día todo es nuevo: encontrar el equilibrio en un kayak cargado con comida para 14 días, cocinas, tienda, saco, esterilla, ropa… Icebergs, fiordos, montañas, naturaleza, y primeras agujetas en brazos.

PHOTOS | Alberto Rueda

Los campamentos son mágicos, durante dos semanas no solo no veremos más personas, sino que tampoco divisaremos más pueblos, caminos, senderos o cualquier otra cosa hecha o transformada por el hombre. Solo se oye el sonido que emitimos nosotros, no existe más ruido. La naturaleza es virgen, salvaje, preciosa, un lugar excelente para pensar, meditar, relajarse.

Me olvido del reloj, de Facebook, del tiempo, del teléfono, y las prioridades comienzan poco a poco a ser cada vez más básicas y sencillas. Me siento relajado, duermo de maravilla. Menos siempre es más, y en mi caso más que nunca.

La compañía aérea Vueling perdió mi maleta en Loiu (aeropuerto de Bilbao), y la envió a Ucrania, por lo que me toca realizar todo el viaje de casi un mes con lo puesto, con el equipaje de mano… La vida es sencilla, fácil, remar, comer, dormir. Las preocupaciones de nuestro mundo han desaparecido ya.

| RECORRIDO CIRCULAR ENTRE FIORDOS | Buscar ríos para beber agua, pescar, coger mejillones, arándanos para comer, tundra mullida para acampar, charlas nocturnas al lado del fuego, auroras boreales… Isla de Tuqtutoq, fiordo de Qaleraliq, Ikerssuaq, glaciar de Qaleraliq, Qooroq, ruinas Iniits, forman parte de nuestro recorrido circular entre fiordos.

Remamos unos 20 kms al día, algunos días no hacemos uso del kayak y hacemos trekkings o subimos algún pico hacía el Indlandsis. Las temperaturas oscilan entre los 5 bajo cero y los 8 grados, la temperatura del agua entre los 0 y los 5 grados. Mejor no caerse. Al no tener maleta, cortesía de  Vueling, tenia que bañarme entre icebergs cada varios días para asearme un poco. Nunca un solo par de calzoncillos y calcetines se estiraron tanto…

El día es muy bonito remando entre paisajes impresionantes y vírgenes, pero cuando más disfruto es al parar. Después de realizar todas las tareas del campamento, y antes de cenar en el tipi, me escapo un rato, busco al atardecer algún lugar mágico, me pongo un poco de música en el MP3 y disfruto entre icebergs yo solo, en paz total, momentos que nunca olvidaré.

| AL LÍMITE DE VOLCAR | La lluvia nos acompaña varios días, es un coñazo, remando no molesta, pero por las tardes, en el campamento molesta mucho, no sé cuántos días de lluvia aguantarán estas tiendas de campaña. Con sol, todo es más bonito, la vida es más fácil. Remamos entre aguas tranquilas, oscuras y profundas, y exceptuando un día de mucho viento y olas, en las que las cosas se me pusieron muy cuesta arriba, al límite de casi volcar un par de veces, los días fueron disfrutones entre aguas tranquilas viendo focas, caribúes -única especie de ciervo en la que ambos géneros poseen cornamenta-, zorros árticos…

Ya de vuelta en Narsaq, dos semanas después, con más mierda encima que otra cosa, me dirijo a otro pueblo, a Narsarsuaq,  recupero mi maleta en el aeropuerto, y al tras despegar, sobrevuelo Groenlandia, que pocas cosas serán más bellas, y para finalizar el viaje, que quedo yo solo unos días por Islandia de turista.

Abandonamos Groenlandia e Islandia con las primeras nevadas de la temporada. Sin duda alguna, un sitio al que volveré, varias veces más.