Roban 400 euros y algunos kilos de caramelos de la cabalgata de Reyes de la parroquia de San Fausto de Durango
Mugalari
Los amigos de lo ajeno han entrado con patadón en la puerta a la sacristía de la humilde parroquia de San Fausto de Durango. Y han salido del templo católico con un botín robado de 400 euros y kilos de caramelos que tenían como destino los paladares de niños y niñas de la cabalgata de los Reyes Magos. «¡Así de triste!», valoraba un hombre que decía que no con la cabeza.
La hora del asalto se desconoce. Es más, ha habido vecinos del barrio San Fausto que han visto la puerta arrancada, rota y no han comunicado el hecho ni al párroco, Iñaki Loinaz, vecino de toda la vida del barrio ni a las personas que se encargan de las labores de mantenimiento de la iglesia. «Desde que nos fuimos anoche no hemos pasado por aquí», valoraba una mujer. «Yo estaba leyendo una columna de opinión de MUGALARI, que me gustan mucho, cuando me han avisado. Y en el camino me acaban de decir que a la una y cuarto del mediodía ya estaba así», confirmaba Loinaz, a las cuatro menos cuarto de la tarde.
Una furgoneta de la Ertzaintza y agentes especializados en la búsqueda de huellas se han personado en la parroquia. «Mira, aquí abajo han dado una primera patada y las siguientes ya la han roto», explica uno de los agentes. «Han ido a por dinero. Saben que un cáliz o una figura están catalogados y no se los compran. Han forzado una caja fuerte antigua que tenemos dentro, pero no han podido abrirla», aporta Loinaz.
| LOS TRAJES DE LOS REYES MAGOS | Los ladrones han campado a sus anchas en las diferentes dependencias de la parroquia. «Aquí están los trajes de los Reyes Magos…», se tranquiliza una de las mujeres. «Pues, yo pensaba que a ver si los habían robado», comenta una joven que paseaba con su perro. «El último robo fue como hace siete años. Y ha habido intentos de soltar los barrotes de las ventanas», señalan las mujeres que cuidan de la iglesia. Habla el párroco: «¿Pero, cómo vienen aquí si esta es una parroquia… pero iglesia pequeñita. Si con lo que se saca en una colecta no da ni para ir de fiesta…», bromea el sacerdote que ya vivió otras situaciones parecidas en su anterior destino en Arratia. «En una ocación, vi hasta a una chica que corría por el interior…», agrega.
Todo esto casi una hora antes del oficio de un funeral de un vecino del pueblo, cuerpo que llegará al barrio de Durango desde Málaga. «Se van a llevar una sorpresa los familiares cuando vengan y vean a ertzainas aquí…», concluyen mientras los agentes especializados continúan buscando huellas.
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