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EXHUMACIÓN EN LA HORCA | Y se rompió el silencio

Mugalari

El elorriarra Patxi Domínguez del grupo memorialista Gogoan Sestao Elkartea logra con su empeño y tesón la exhumación de dos civiles burgaleses en La Horca (Araba) tras siete años de investigación. La labor solidaria y humana fue posible gracias al trabajo en comandita con la sociedad de ciencias Aranzadi y los testimonios de vecinos de la zona burgalesa.

 

Patxi Dominguez

 Patxi Domínguez

Era verano. Agosto de 2007. Habíamos pasado la mañana en la sierra de Arcena, por su parte más alta de Revillallanos (1.297  metros) intentando depurar nuestro cuerpo de todas las cervezas que debido al calor nos habíamos tomado el día anterior en San Millán de Sanzadornil, en el bar restaurante del mismo nombre que la Sierra.

Valga el prólogo para decir que otra vez, sobre las dos de la tarde estabamos de nuevo alli. Conversaciones desenfadadas siempre, -excepto las del Athetic- cuando en una de estas vemos en la televisión una noticia sobre una exhumación de unos cuerpos  “de la Guerra Civil”.

Se hizo un absoluto silencio, a mi lado mis amigos de Bóveda Javi, Andoni y Toño, este último creo que se llama así, porque siempre le llamamos ‘El Guapo’ debido a que de niño estando jugando con sus amigos se encontraron ‘algo’ que resultó ser una granada de mano dejada por los italianos en Bóveda en 1936. Aquello les explotó, algún niño murió y otros quedaron malheridos, entre ellos él. Unas cicatrices en la cara dan testimonio a día de hoy de aquel desgraciado suceso.

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Exhumación de Ángel Santuñano. | PHOTO | Gogoan Sestao Elkartea

Y se rompió el silencio | 

– “Yo ya sé dónde hay enterrados dos personas”, saltó Javi.

– «¡Y yo!» -dijo Andoni casi al unísono-, el padre de Toño los vio.

‘El Guapo’ asintió con la cabeza. «Sí, mi padre conoce el sitio, porque a los que mataron los ‘malenterraron’ y dejaron una mano al aire que parece ser los animales contribuyeron a desenterrar…

Se me pusieron los pelos de punta. Pero, ¿pero eso todo el mundo lo sabe?

– «Todo el pueblo lo ha oído desde siempre», me contestaron.

Yo sin mas dilación le pregunté a ‘El Guapo’ que me gustaría hablar con su padre. Ví en todos ellos una cierta complicidad, unas caras llenas de satisfacción y de ánimo.

No recuerdo ese agosto si fue al día siguiente o al cabo de cuanto tiempo, pero si sé que un día quedé con él, en el Círculo Social de Bóveda. Allí le invité a un café. Era Odón Molinuevo, vecino de Bóveda, de 92 años por entonces. Un hombre de buena presencia y de sonrisa facil. Un señor apuesto, lúcido, amable y muy agradable.

Me dio todo tipo de detalles y yo ni corto ni perezoso le pedí que me llevara allí: a aquel lugar de los horrores, pero antes, mientras alargaba los tragos del café, con la parsimonia que te da la edad, me contó cómo le llevaron los requetés a la guerra.

«Venían en camiones y al que veían con edad (y no había sido avisado ni huido al monte) se lo llevaban voluntario a la guerra».

De cómo le ‘sacudieron’ por pedir una manta y se pasó a los de Falange…, por dónde estuvo pegando tiros…, de cómo vino de la guerra “hecho un salvaje”…, de cómo habían perdido sentido del valor de la vida…, de cómo un falangista de Bilbao le quitaba los dientes de oro, relojes y demás pertenencias a los caídos en batalla…, y de cómo él jamas se ponía el uniforme; que llevaba una camisa blanca…, y así era. Me dio una fotografía en la trinchera con el resto de sus compañeros fusil en mano, vestidos de soldado y él con su camisa blanca. Y así, más y más. Tras escuchar sus historias quedamos un día para grabar todo aquello.

Llegó el momento. Íbamos pertrechados con una máquina de vídeo, con su respectivo trípode que me había comprado yo por aquel entonces. Llevaba a Mentxu, mi esposa, de ‘ayudante de cámara’. Habíamos quedado en el bar del Círculo Social pero Odón decidió que era «más prudente» grabar en el patio de su casa.

Hacia allí nos dirigíamos, trípode al hombro, cuando se oyó una voz, o más bien un grito, que venia del otro lado de la acera:

– «¡Eh!.. ¿Dónde vais con eso? ¿Quiénes son esos que van contigo? ¿Qué vais a hacer?»

Lo tomamos por ‘el cotilla’ de turno que no puede pasar sin enterarse de todo: “Sosas de pueblo, vamos!”. Pero, no radicalmente no. Estábamos en el limbo de la situación. Aquel personaje le reclamaba a Odón que “cuidado con lo que vayas a hacer… que tú ya sabes quién soy yo».

A Odón le cambió el rictus, perdió la sonrisa y con la mirada hacia el suelo, nos  espetó a que ni miráramos ni dijéramos nada…

Sin entender bien la situación notamos que el miedo invadía el ánimo de nuestro testigo.

| El personaje | Más tarde nos enteramos de quién era ese personaje tan temido a través de los comentarios de Odón y otros vecinos de la zona. También con la información que en su día editó la revista Akerrak del valle de Valdegovía (Gaubea), y de Antonio, otro vecino del valle que nos contó cómo siguió más de una vez a este hombre -con nombre de animal de bosque como seudónimo- hasta el lugar de la fosa donde al parecer acostumbraba ir a darse su paseo, donde permanecía sentado en el muro de piedra mientras meditaba, rezaba o vete tú a saber que es lo que hacía…

Y comenzamos a grabar. Mucho fue lo que contó, dentro y fuera de cámara, y con todo ello citaré los hechos más importantes que sucedieron.

 | El testimonio | Había un destacamento o Tercio de requetés “insurrecto” a las autoridades legales republicanas del momento que estaba destacado en el valle de Losa y que controlaba también Valdegovía entera. Su misión era hacer desaparecer todo vestigio de progresismo, izquierdismo o legalidad republicana.

Estaban ayudados por los informadores-chivatos de la llamada  5ª columna, que se componían principalmente de dos “caciques” falangistas de Valdegovía: uno de Tuesta y otro de Bóveda así como de otros dos requetés de Losa que cometieron toda clase de persecuciones, robos, tropelías y atrocidades.

De los de Losa, uno, el que era natural de Návagos (a 12 kilómetros de Medina de Pomar), marchó a Bilbao a trabajar de encargado en AHV, el otro se fué a Santander haciendo portes con un camión.  Posteriormente montaron grandes negocios con todo el dinero obtenido fruto de la extorsión y el robo a las gentes del valle que no pensaban como ellos y la connivencia con las autoridades civiles de la zona (Guardia Civil) y de la Iglesia (se sabe de algún cura al que se veia con una biblia en una mano y un fusil en la otra).

| Fosa (a día de hoy) sin localizar en el alto de Gobantes | «Un a noche de Agosto de 1936 estos requetés habiendo recibido denuncias (información), cogieron a Isaias Peciña Fernandez de 50 años, industrial, vecino de San Millán de San Zadornil. Posteriormente llamaron a un amigo de Patricio Oribe -vecino colindante mio- de Bóveda con el fin de que le pidiera que le abriera la puerta y forzado por esos renegados asi lo hizo. Patricio confiado baja, le detienen, le montan en el camión junto a Isaac y les llevan al «Alto de Gobantes» donde son fusilados. Otros lo denominan el alto de  “Profiles”.

Allí me llevó, me indicó dónde fueron asesinados pero no supo  precisarme dónde fueron enterrados con lo cual esta el tema pendiente de descubrir. Desde aquí, si alguien tuviera alguna información sobre este caso se agradecería enormemente su colaboración.

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Midiendo la fosa de La Horca (Araba). | PHOTO | Gogoan Sestao Elkartea

 |Fosa localizada en el alto alavés de La Horca | Esto ya era otra cosa. Montamos en mi coche y me llevó al lugar un paraje solitario, sin acceso, sin luz, cerca de una antigua carretera de bueyes junto a una muralla hecha con losas de piedra de poco más de un metro de altura, donde estas condiciones reforzaban la impunidad de aquellos asesinos.

Me dijo con total firmeza y seguridad dónde se encontraba la fosa. Solo hubo un momento en que susurró “son muchos años” y pareció mostrar alguna duda, pero no, levantó la mirada y señalando con el brazo aseveró “aquí están”. Nosotros, con las mismas, lo grabamos en vídeo.

Ahora nos encontrábamos con la información de dos fosas. En una conocíamos quiénes estaban pero no podíamos precisar (a día de hoy) el lugar de las fosas, en otra, justo al revés, conocíamos dónde pero no quienes estaban dentro.

Con estos datos me puse en contacto con el durangués Jimi Jiménez responsable de  Aranzadi Zientzia Elkartea. Le pongo en antecedentes de toda esta historia y me pide, orienta y anima a seguir adelante con estos casos. Redacta un informe con  toda la información  recogida y hace una petición en mi nombre al Gobierno Vasco de trámites de exhumación… Lo mismo hago con el grupo sobre la memoria histórica en el que me integro Gogoan Sestao Elkartea, explicándoles la situación y a partir de ese momento trabajando con ellos codo a codo hasta el final.

Aún estaba el tema muy verde, faltaban muchas cosas de atar y la prioridad del momento era saber quiénes estaban, localizar a su familia, luego ya vendrían los “deberes que nos habían puesto los de Aranzadi: de “partidas de nacimientos y defunciones” si existieran, de localización de las fosas en el Catastro de Araba, de los propietarios del terreno, de permisos varios…

Centrados en La Horca, estuvimos muchísimo tiempo con la sensación de no avanzar nada. Por una parte nos llegó información de que había una señora llamada Bernardina que cada vez que pasaba por allí lloraba amargamente citando a su hermano. Pues !ale! a buscar a esa señora: si aún vivía, dónde, quién era…

Por otra parte, nos citan los de Las Merindades en la memoria para una reunión. Al parecer había por Río de Losa. Ya hacía tiempo que les habíamos pedido ayuda y por fin tiene éxito. Al parecer e “inesperadamente” un desconocido había aparecido por Losa y había entregado a alguien cierta documentación correspondiente a una persona llamada Secundino Angulo García….

Mientras  llegaba la reunión, no nos quedaba más remedio que seguir buscando familiares y aún seguíamos  sin conocer la identidad de las víctimas. Y aquí entra definitivamente Txari Mardones, vecina de Bóveda y concejal del Ayuntamiento de Valdegovía por el PNV,  que gracias a su esfuerzo y a su impagable ayuda  nos da las claves de Bernardina para llegar a conocer a esa familia.

Conectamos al principio por teléfono con los familiares (Vidal y Laude) y quedamos un sábado en un bar de Deusto. Allí les comenté todo lo que hasta la fecha habíamos averiguado (que se narra a continuación), el protocolo necesario que habría que hacer en caso de estar dispuestos a realizar la exhumación…

Una vez oído todo, Laude sobrina de Bernardina y de Ángel, me dice con absoluta decisión:

-«Adelante con ello, Patxi. Yo deseo y necesito llevar a mi tío con los míos. Mi madre se alegrará mucho».

| Reconstruimos el caso | “La noche del 7 de septiembre de 1936 a altas horas de la madrugada fueron sacados de sus casas por la fuerza a fusilar tres vecinos de tres pueblos del Valle de Losa en la provincia de Burgos y que una vez asesinados fueron ‘malenterrados’ en el alto de La Horca, Araba. Estas victimas fueron: Ángel Antuñano Salazar, y su compañero un tal López más joven que él y Secundino Angulo García que teniendo preparado su lugar en la fosa, lograría evadirse de la ejecución saltando del camión de “la muerte”.

 | Los que llevaban en el camión | Ángel Antuñano Salazar hermano de Bernardina, nacido en 1900, vecino de Castriciones de Losa, de 35 años de edad hasta su muerte. Marcha a Cuba (La Habana) en 1927 por causas de trabajo y cuando vuelve a casa es detenido y asesinado o como ellos decían, ‘paseado’  la noche del 7 de Septiembre del 36 y enterrado en La Horca.

Muestras de ADN

Toma de muestras de ADN a la familia. | | PHOTO | Gogoan Sestao Elkartea

De López o, quizás, Lope, solo conocemos esa designación. Creemos que es de Perex. La noche del 7 de Septiembre del 36  tambien es «paseado» junto a Angel y enterrado en La Horca.

Secundino Angulo García (apodado Trifón), de 33 años labrador de Río de Losa, escapa saltando del camión (al parecer con colaboración de uno de los que le llevaban que era conocido de la infancia. Siendo de noche, se tira del camión huyendo hacia un lado mientras el “amigo” grita a los demas disparando hacia el lado opuesto). Posteriormente movilizan a la gente de Río de Losa y alrededores para ir en su busca.

Regresa al pueblo a hurtadillas donde se esconde y permanece encerrado en su propia casa. Le buscan de nuevo. Los amigos dicen que se le había visto por Bilbao, que había huido, que en Angulo (línea de frente) habían sonado los botes aquella noche.
Permanece escondido en casa, sufre enfermedades, claustrofobia también. El padre va al médico reproduciendo los síntomas de su hijo para agenciarse boticas. Enferma hasta el punto de que su familia empieza a cavar la fosa en la cuadra, sacando la tierra poco a poco mezclada con la basura para no delatarse. Sobrevive y el 1 de junio de 1939 se entrega. Es detenido permaneciendo un mes de arresto. Cuando sale libre marcha a Santander. Estaba soltero por entonces.

No hay mas datos de él, pero sí hay algunas pistas, por ejemplo: Más tarde un hijo de Secundino Angulo (tercera persona que llevan a fusilar pero se escapa), trabajará para Iberdrola en Trespaderne un tiempo. Estaba casado con una chica de Las Viadas (Tobalina). En el alero del tejado de la casa, socarrana, encuentra una carta- diario de Secundino que hace alusión sobre los compañeros Ángel Antuñano y un tal López aquel 7 de septiembre fatídico en que fueron fusilados y «malenterrados» en el Alto de la Horca.

Trascripción del diario de Secundino Angulo García y foto de Ángel Antuñano

La Horca

Diario de Secundino, acompañado de la foto de Ángel Antuñano. | PHOTO |

A la memoria de mis camaradas abandonados en el Campo de La Horca. No sé cómo comenzar estas líneas para poder demostraros la gran pena que nos causó a todos los camaradas al dar yo la noticia de vuestra muerte en el Campo de La Horca la noche del día 7 de septiembre de 1936, os separasteis de mí y de vuestras familias para siempre, desde allí seguiréis paso a paso la misma, hasta dar por terminada esta.

Vienen tantas y tantas cosas a mi imaginación desde aquel momento, que no puedo describirlas por la gran pena que he tenido y tengo, el saber que nos habéis abandonado para siempre, como unos de los buenos camaradas que erais nuestros, dejando fijados en estas como fieles hijos de nuestra querida República.
Cuántos y cuántos de nuestros camaradas me consta a mí, que les había venido a la imaginación aquella memoria que tendrán un recuerdo de la misma, y de nuestros camaradas López y Ángel Antuñano los que siempre nos dirigieron la palabra en defensa de nuestra causa y de cómo nos animaban a defenderla con su ejemplo de verdaderos socialistas ya que además de ello, fueron mis compañeros en los momentos más difíciles de mi vida. Con todo ello, camaradas, ha sido tan enorme el hueco que habéis dejado, no solamente en vuestra familias, sino también entre todos nosotros que os queríamos de todo corazón por ser tan buenos y que sería de todo punto imposible que pueda remplazarse por ningún otro.

A la búsqueda de las fosas el 23 de septiembre de 2014

Era una mañana fresca, cubierta de nubes, tristona, habíamos quedado a las 9.30 horas en la plaza de Bóveda el equipo de Gogoan Sestao Elkartea, la máquina excavadora y  el equipo de Aranzadi Zientzia Elkartea. Y  a las 10.00 con  Juan Carlos, alcalde de Valdegovía volcado en el tema en la cima del Alto de La Horca.

Comenzamos mas allá de las 10.30 horas haciendo las primeras catas, donde Orencio experto vecino del pueblo y buen conocedor del terreno nos había  indicado días atrás. Arrancamos con mucha energía, todo era ilusión, gran expectativa, pero… no hubo suerte.

Sobre las once apareció Orencio, seguimos las catas acercándonos al muro de piedra. Máss de 15 metros hicimos y nada. Teníamos dos expertos palistas que según las capas del terreno que iban apareciendo nos “traducían” lo que veíaan… y aquello no prometía nada.

Estabamos muy cerca pero no lo sabíamos. La situación anímica era descorazonadora. El desánimo imperaba entre todos nosotros. Nos dieron la una y media de la tarde y decidimos parar e irnos a comer.Así lo hicimos y bajamos al Círculo Social de Bóveda.

Me llamó Pedro que ya tenía experiencia en el alto de la Tejera, entre Gesaltza y Pobes donde apenas hacía dos años había desenterrado a su abuelo Primitivo Fernandez de Labastida Urruchi y al matrimonio  Florentino García Valencia y Mónica Barrón del Val los tres labradores. Me dio muchos ánimos y me invitaba a perseverar. Seguidamente los amigos. Mi voz era ténue y llena de desesperanza.

Regresamos nada más comer y decidimos revisar todos los datos mapas y planos que poseíamos y al final optamos por tocar directamente la zona que nos indicó en su día Odón. Todos los ojos de los que estábamos allí: Xabier, Juanjo, Asier, Andoni,… escaneaban cada palada de la excavadora.

-«¿Aquello que es? ¡Ah! ¡Un palo!

Y si no era una raiz. Esto se repetía continuamente. Aquí, mas allá, … habíamos “trillado” un área muy considerable de terreno y seguíamos sin ver nada. Descorazonador, rendidos a la evidencia comenzaban a surgir comentarios de que si se los habrían llevado al cementerio, que si esto que si lo otro, cuando…

Aparece

Momento en el que empezó a aparecer el cuerpo. | PHOTO | Gogoan Sestao Elkartea

Eran ya las 16.19 horas

La pala de la excavadora arrancó  unas losas de piedra de considerable tamaño, las mueve arrastrando consigo unos huesos que por supuesto estos ojitos no lo vieron, pero sí los del miembro de Gogoan Sestao Elkartea Juanjo Díez, que con absoluta agilidad, pegando un bote (hay que decir que usa una cachaba por causa de una operación de cadera) y levantando el brazo como se hace en la escuela gritó: ¡Para! ¡Paraaaaaaa! ¡Para!

Aquello fue apoteósico, el palista saltó como un rayo de la máquina, se dirigió al montón de tierra, cogió el hueso… Sí, sí era un hueso: No un palo ni una raíz. Era lo que más adelante registraríamos como el húmero de la fosa nº 1 y me lo dio a la mano. Yo que soy de lágrima fácil me emocioné y levantando el puño me puse a gritar y a abrazar “a todo quisque”. Los demás lo mismo, hasta los de Aranzadi  se les veía exuberantes de alegría.

Cansados, muy cansados dejamos la fosa protegida y regresamos cada uno a su casa… Bilbao, Gasteiz, Sestao, Elorrio, Durango…

Llegó el día de la exhumación el 28 de septiembre de 2014

Testigo de piedra se alza el muro de la ejecución. Descubierta y asegurada las fosas, se traza un plan de trabajo y se graba.  Comienzan a aparecer los restos. Un húmero, una clavícula… Hasta sacar a la luz el testigo de semejante horror: «Varón de unos 35 años», nos dice Paco Etxeberria así muy por encima.

Marcando, midiendo, fotografiando, dibujando y recogiendo hasta el último detalleBalas de represión y de muerte encontradas en la fosa. Fue seguir buscando. En este caso Paco Etxeberria observa cómo Xabier desentierra una hebilla de un zapato que previamente había “señalado” el detector de metales.

Verdad, justicia y reparación

Han pasado 78 años y 22 días -en referencia al día de la exhumación-. Testigo del crimen se alza el muro de piedra de la ejecución.

Les robaron sus vidas, su juventud, su futuro… pero no pudieron quitarles su dignidad. Les hicieron victimas de su sinrazón simplemente por no pensar como ellos.  Lo habían hecho el día 4 de septiembre en La Tejera y tres días más tarde lo repetirían en el alto de La Horca… aterrorizando a todas las gentes de los valles de Losa y Valdegovía. Miedo, miedo, mucho miedo…

Verdad | El miedo nos aterra y nos hace olvidar, después ignorar lo que ha sucedido hasta tal punto que llegamos a negar los hechos… a creer que aquello jamas pasó. Más de 78 años cubiertos bajo el manto de la impunidad y el olvido, ¿dónde está la verdad de todo aquello?

Solamente nos acercaremos a ella dando voz a las víctimas, a sus familiares, amigos y vecinos. Solo estando atentos a su voz, animándoles a vencer el miedo, se podrá sacar a la luz la verdad, verdad siempre caracterizada por razones sociales, económicas y políticas que hicieron desencadenar estos crímenes de 1936.

El desconocimiento de la verdad conlleva a que el Estado imponga una “ley de perdón y olvido”, bajo la cual se entierra otra vez a todas las victimas, a la memoria histórica. La ignorancia de la verdad equivale a la impunidad de los verdugos, quienes lejos de reconocer y de responder por sus crímenes se ven cobijados por el Estado con el olvido y la distorsión de la memoria.

Justicia | ¿Dónde está el juez que investigue que ha sucedido aquí? ¿Acaso hemos desenterrado «ánforas romanas» dignas de guardar en un museo? ¿Porqué estos restos humanos son «invisibles» a la justicia?

Reparación | ¿A estas horas ? ¿Cómo?:

  • Restitución: Reestablecimiento de la normalidad existente antes del crimen.
  • Compensación.
  • Donación de bienes que compensen daños irreparables.
  • Rehabilitación
  • Garantía de no repetición.
  • Reconocimiento público de lo sucedido
  • Satisfacción:Reconocimiento y proclamación de la verdad; expresión de disculpas públicas del Estado y homenajes a las víctimas en conmemoraciones y monumentos, para establecer su dignidad.

El Estado español es el segundo país del mundo con más muertos en las cunetas, sólo superado por Camboya. Como Ángel y Pérez, se estima que hay cerca de 88.000 cuerpos enterrados en cualquier cuneta del Estado. Cifra a la que hay que sumar las cerca de 20.000 víctimas del franquismo que están enterrados junto a su verdugo en el Valle de los Caídos.

«Sólo el régimen de Pol Pot en Camboya supera al Estado español en número de desaparecidos«, según Miguel Ángel Rodríguez Arias, investigador de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Estado español tiene el dudoso honor de ser la única democracia mundial que no ha investigado el terrorismo de Estado una vez superada la dictadura, según Rodríguez Arias. De poco sirvieron las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 2008 o el informe de Amnistía Internacional Casos cerrados, heridas abiertas. El desamparo de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo en el Estado español, publicado el 9 de mayo de 2012, que insta a España a derogar la ley de amnistía, investigar los crímenes y exhumar las fosas comunes. El Estado español, más allá del tímido intento que supuso La Ley de Memoria Histórica de 2007, no ha hecho nada por sacar de las cunetas a sus desaparecidos.

Las cifras que se barajan son inexactas, se basan en teorías y en cálculos aproximativos y siempre hablan en términos mínimos pero escalofriantes. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que preside Emilio Silva calcula que 88.000 personas, aproximadamente, continúan enterradas en fosas comunes en cualquier rincón del Estado español. “En casi todas las capitales de provincia hay una fosa. Pero el número de personas que hay dentro es difícil de calcular porque se ha destruido mucha documentación de la dictadura y porque hay casos de personas que no han sido reclamados por familiares”.

El Estado español es la única democracia que no ha investigado los crímenes de Estado superada la dictadura La cifra inicial de la que se parte es que, en 1975 cuando Franco falleció y se inició el período de transición, las cunetas españolas albergaban alrededor de 93.000 muertos. Entre  1.000 y 2.000 cuerpos  fueron exhumados desde la transición hasta el golpe de Estado de Tejero en 1981 y otros 6.000 que han sido recuperados desde el año 2000 hasta la actualidad.

“Estas cifras siempre se quedan cortas”,  siempre que se analiza a fondo cualquier provincia del Estado español aparece al menos una fosa de la que no había ninguna prueba documental.

Está más claro el número de fosas comunes que se encuentran a lo largo y ancho del territorio español, en total, 2.246 señaladas en la Península, de las que prácticamente la mitad se encuentran repartidas entre Aragón (594) y Andalucía (492). Tras estas dos comunidades, están el Principado de Asturias (320), Castilla y León (187), Catalunya (151), Castilla-La Mancha (139), CAV (92), País Valencià (85), Madrid (51), Extremadura y Galicia (46 en cada una), Nafarroa(16), Cantabria (7), La Rioja y Murcia (6 en cada una), Balears (4), Canarias (2) y Ceuta y Melilla (una fosa en cada ciudad autónoma).

Futuro incierto

El futuro de los miles de cuerpos de asesinados durante la Guerra Civil que continúan en las fosas comunes es aún hoy, 39 años después de la muerte de Franco, incierto. Las reticencias de algunos sectores de la sociedad para su apertura, el incumplimiento sistemático de la Ley de Memoria Histórica y la falta de fondos ha repercutido negativamente en las investigaciones y exhumaciones. Las asociaciones de memoria histórica siguen denunciando el “sin sentido” que supone que sean las familias de los desaparecidos las que tengan que promover las investigaciones y posteriores exhumaciones.

“Los familiares no sólo tuvieron la desgracia de haber sufrido la pérdida de un ser querido y su estigmatización, sino que aún hoy, en muchos casos, tienen que hacerso cargo de las exhumaciones.

        El movimiento memorialista “no va a parar”. “No se trata sólo de la defensa a ultranza de los derechos humanos sino de luchar contra la impunidad. No se puede permitir que muchos herederos de los que declararon la guerra a un sistema democrático, eliminaron sistemáticamente a sus rivales políticos y gobernaron a base de Consejos de Guerra, hoy estén disfrutando de muchos privilegios económicos y políticos”, denuncia.

El Gobierno incumple sus compromisos internacionales

La Red ciudadana de apoyo a la querella argentina (Red AQUA), en la que están integradas más de 30 organizaciones sociales, denuncia que el Estado español no investiga las desapariciones forzadas “incumpliendo sus obligaciones internacionales”. En este sentido, la Red señala que ni el Gobierno español ni la Judicatura han respondido a los requirimientos judiciales de la Justicia argentina de “identificación de los personajes políticos, militares policiales del periodo que va desde el golpe de Estado, la sublevación militar-fascista contra la legítima Segunda República hasta las primeras elecciones de 1977″.

Asimismo, la Red denuncia que el Gobierno de Rajoy, así como el de Zapatero, no han cumplido con las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 2008, que instaban al Estado español a abolir la Ley de Aministía aprobada durante la Transición y a investigar los crímenes del franquismo. “El Estado español, al no investigar las desapariciones forzadas, no sólo está incumpliendo sus obligaciones internacionales sino que está contribuyendo a que perdure el crimen como tal, y a 
aumentar los daños que las desapariciones provocan».

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