COOPER ACTÚA EN DONOSTIA EL SÁBADO AL MEDIODÍA | «A veces pienso si no sería buena idea juntar a Los Flechazos una única vez»
Iban Gorriti
Es el mod español más famoso de cuantos hay. Álex Díaz Garín fue, además, el líder de Los Flechazos del movimiento que internacionalizó la película ‘Quadrophenia’. El protagonista de aquel film se llamaba Jimmy Cooper, de ahí surgió el apelativo que utiliza el vasco-leonés en su última etapa en solitario. Pero no lo hace solo, cuenta con Dani, Mario y Nacho, con quienes llegará el sábado a Donostia, a tocar en la sala Dabadaba en horario no habitual: a las 12.30 horas del mediodía. Cooper celebra en la capital guipuzcoana, a 60 kilómetros de Durango, uno de los cinco conciertos exclusivos de acceso para todos los públicos.
– Su inminente disco se titula ‘UHF’, es decir, las siglas de ¿Un Hito del Facebook?
(Risas) El facebook es un canal que utilizo mucho para estar en contacto con mis amigos y con el mundo en general, pero con el título del disco no van por ahí los tiros. UHF, el segundo canal de televisión cuando solamente había dos, la cara B, el camino más corto puede ser el más interesante a veces…
– Su primer single lleva por título ‘Entre girasoles’ y vuelve a sacar esa mezcla de canción yeyé española -le falta unos «la,la,la»- con unos coros Teenage Fanclub que nos hacen girarnos hacia el sol.
La melodía es mi perdición. Yo quería componer una canción para las fiestas del pueblo, pero una que de verdad me apeteciera bailar en la plaza. Le tomé prestado el ambiente a Burt Bacharach e intenté llevarla a nuestro terreno. Por eso será que suena a lo que suena.
– El domingo regresa a su querida Donostia, con ‘La gira del aperitivo’. ¡Ya tenía ganas mi hijo de verle actuar en directo! Como no toquen ‘Arizona’, aténganse a las consecuencias. No es una amenaza (Risas).
¡Ha sido un suplicio armar el orden de esta gira porque sabemos que hay gente que nunca nos ha visto y está esperando canciones de todas las épocas! Sonarán nuestros hits y alguna sorpresa. ‘Arizona’ no faltará. Espero que tú hijo la disfrute. Y tú también, porque esa canción es para que los padres la escuchen mientras ven crecer a sus hijos.
– Como creció usted en sus proyectos. Por cierto, ¿cómo surgió su ‘flechazo’ con el nombre Cooper?
Cooper… Yo soy Garín, ‘Garín Cooper’, como Gary Cooper, “Solo ante el peligro”… No era mal nombre para empezar una aventura en solitario. Y Cooper era Jimmy, el protagonista de Quadrophenia. No busqué más.
– Canta que los veranos son para soñar. Hay quien le dice que es usted demasiado happy -como si no pudiera cantar a la felicidad- y también quien, confundido, cree que solo hace canciones nostálgicas. ¿Cómo se perciben esos dos polos?
El rock siempre ha sido para los guays de la clase, los más enrollados, los que más ligaban, para los que salían por la noche cuando a los demás no nos daban permiso. Pero los demás también escuchamos música, y necesitamos banda sonora. La gordita, ésa de la que se ríen las listillas, también quiere su canción. Y el empollón. Y hasta el profesor. El pop es para ellos, la música popular es para todos, no sólo para los que arrasan. “Es que a mí el pop…” Y yo siempre digo: “Ya, es que el pop es para gente con sensibilidad, por eso a ti…”
– Ha confiado el sonido del disco a Carlos Hernández, productor de Los Planetas, Airbag, Jupiter Moon… ¿Qué buscaba de su forma de trabajar?
La complicidad de un amigo que desde siempre nos ha seguido y valorado. Éste es un disco relajado, no es ambicioso como el anterior sino que busca satisfacernos y ayudarnos a encontrar el camino una vez más, después del desgaste del disco ‘Mi Universo’. Carlos es un mago del sonido, llegó en el momento preciso y todo encajó.
– ¿Quién es Conrado? Su vídeo nos ha encantado por su actitud.
Es un amigo de León que tiene quince años y que toca la batería. Le conocimos cuando tenía diez años y ya era fan de Cooper y de Los Flechazos. ¿Cuándo disfrutas más la música? Cuando la estás descubriendo. Qué envidia me da pensar en ese momento en el que escuchas por primera vez a los Romantics, por ejemplo, o a los Easybeats. ¡Conrado es genial, y será un gran batería!
– Gracias a sueños como el de Conrado, en el concierto del sábado podrán entrar los más jóvenes, precisamente a un local que se llama ‘Dabadabada’. ¿Qué recuerda de aquel programa de televisión que se emitió de 1981 a 1984?
Te traiciona la nostalgia, porque la sala se llama Dabadaba, le falta un “da”. Yo veía mucho la tele de pequeño, pero he tenido que buscar en internet para ponerle imágenes a ese nombre que me resultaba evocador pero confuso. Y claro que lo vi, si estaba como loco con Sonia Martínez, la pobre. Mi favorito, por entonces, era ‘Pista Libre’. Y vaya disco que sacaron, hasta traía ‘La Chica del Metro’, de Telegrama.
– Lo cuenta siempre y yo sigo sin entender bien lo de que un larga duración es un «disco para la industria musical» y que usted prefiere otros formatos más cortos de canciones.
Yo lo que digo es que se ha estandarizado un formato porque es el más cómodo de comercializar, de monetizar si quieres. Pero no es el que necesitaba yo ahora, estaba demasiado confuso como para meterme a preparar un álbum entero, me faltaba una dirección. Ya recurrí al mini LP una vez que me encontraba parecido, en tiempos de Los Flechazos. El mini es un formato que me encanta, como el ‘Cuatro Rosas’ de Gabinete o ‘La Casa de la Bomba’ de Brighton 64. Soy un sentimental.
– ¿Dejó en algún momento de vivir en la era pop?
No, sigo loco por los ’60, sigo coleccionando revistas y discos de esa época. Me flipa.
– Siempre le recordamos que una canción de Buzzcocks prodía estar compuesta y cantada por usted. En su caso, dice que le recuerda más a Ópera Prima su primera banda…
¿Eran los Buzzcocks o los Undertones?
– ¡Vaya! Sí, The Undertones, el temazo ‘Really really’…
Descubrí esos grupos cuando era teenager y tocaba en Ópera Prima. Tiempos de urgencia, de tocar a toda pastilla. Un amigo mío los llama los tiempos “del Deprisa Deprisa”. Sigo un poco igual: no vale parar.
– Sabe si ‘Alicia’ el ‘Primer día del año’ suele ver los ‘Saltos de esquí’ y eso, para ella, es ‘La Señal’ de que llega pronto el día de ‘El regalo’?
He revisitado el documental que recoge la historia de la grabación de esas canciones esta misma semana y sigo estando muy orgulloso del trabajo aquél. Fue un capricho y un descalabro pero quedará para siempre registrado. Se queda uno tranquilo sabiendo que su mejor disco ya lo ha hecho, desaparece la presión.
– ¡Su mejor disco, dice! Todo ello es parte de su Universo…
Todo eso y mucho más. El otro día, cuando presentamos ‘Entre girasoles’, un seguidor alababa nuestra capacidad para seguir encontrando referentes plásticos y sonoros distintos a los que ya hay en lo anterior de Cooper. Eso intentamos.
– ¿Cuál es el último concierto que ha visto?
Un cuarteto de jazz ayer por la noche, en un karaoke que hay al lado de mi portal y que programa música en directo los sábados. Me encantó, tocaron canciones de Miles Davis, el Cantaloupe Island de Herbie Hancock y cosas que no conocía. Hicieron dos pases, músicos a la manera tradicional. Músicos que tocan para que la gente disfrute, no para descargar sus frustraciones. Un bello oficio, a recuperar.
– ¿Cuándo fue la última vez que salió expresamente a bailar?
Hace mucho. Desde el accidente de moto, hace ya dos años, casi no puedo bailar. Pero me encanta, en casa me pongo soul a todo trapo y bailo en el salón, cuando estoy solo.
– ¿Ha pensado en volver a recuperar el sonido Farfisa y los metales que reinaban en Los Flechazos?
A veces (no muchas, en realidad) siento nostalgia de la Era Pop y tonteo con la idea de montar una banda de versiones de música de los sesenta, con hammond y metales, para tocar canciones de los Foundations y de Amen Corner. Otras veces pienso si no sería buena idea juntar a Los Flechazos aunque fuera una única vez. Pero se me pasa rápido, estoy muy feliz con Cooper.
– ¿Con Cooper el sonido mod negro quedó en el ‘retrovisor’?
Sí, a mí me encanta el soul pero el grupo camina por otra senda. Me gustan demasiadas cosas diferentes, si lo metiera todo en la coctelera y lo llamara Cooper… explotaría y me quedaría sin proyecto.
– Canta, igual un poco tarde, a los ya ‘pasados’ hipsters. ¿Sabe quiénes son ahora los ‘normcores’?
No te creas que es tan tarde. A mí me gustaron los hipsters, a mí me gusta que las décadas tengan sus pasiones. Otra cosa es que me apunte a eso. Yo soy lo que soy. ¿Los normcores? Ni idea…
– Son la nueva tendencia… En su caso, ¿»un astuto productor supo poner precio a su piel»?
A mí nunca me ha pasado, igual por eso no he acabado siendo un juguete roto.
– ¿’Aeropuerto’, ‘Retrovisor’, ‘Fonorama’, ‘UHF’ son palabras vintage que le vienen al pelo?
Me gusta lo vintage, lo retro. El concepto de retro es muy contemporáneo, nada retro en sí mismo. Me gusta la calidad de “ultramoderno” que tienen ciertos elementos clásicos. Y la combinación. También me gusta ser conciso, no extenderme ni dar la lata. Pretendo ser visual y evocador, no sé si lo consigo. Lo que no soy es nostálgico, siempre miro hacia delante.
– ‘Dólar de la suerte’ es lo último que podemos oír por ahora suyo, versión de Lolas, powerpop en esencia. ¿Qué puede adelantar de las canciones grabadas que aún no hemos escuchado?
Son siete canciones inconexas que funcionan bien juntas no se sabe por qué. Son como micro-relatos. La cara A del disco es introspectiva y algo poética y la cara B es más desenfadada, urbana y eléctrica, imagino. Y el “Dólar de la Suerte” es un divertimento: nos gusta el powerpop tradicional pero no queremos echar a andar por ahí, por eso no la hemos incluido en el mini. La hemos reservado para la cara B del single porque sale en vinilo también y los djs la podrán pinchar, porque es un hit. Pero no nos retrata, la hacemos por diversión más que por convicción.
– Quiero agradecerle en nombre de sus seguidores la cercanía que muestra con los fans de Cooper en las redes sociales. ¿Podría vivir sin ellas?
Cada día tengo la tentación de desenchufarme, no sé si quiero saber cómo es realmente la gente.